miércoles, 16 de marzo de 2011

JUEGOS OLIMPICOS DE LONDRES A 500 DIAS DEL INICIO

Contra lo que podrían esperar los más fanáticos, no se puede decir que Londres esté atravesada por los preparativos para los Juegos Olímpicos del año próximo. Faltan 500 días, poco, muy poco. Y aunque es cierto que hay muchísimas obras en curso esparcidas por la ciudad, la generalidad de la población es la indiferencia, y apenas los medios se encargan -de vez en cuando- de resaltar la cercanía del máximo evento deportivo del mundo.

Y como toda acción tiene su reacción, los organizadores olímpicos se desviven por generar anuncios llamativos, declaraciones potentes y situaciones extraordinarias que despierten a las cámaras y a los diarios. Cada línea de prensa es un triunfo contra el desinterés. Es que Londres parece tener mucho que hacer como para ocuparse de sus Juegos venideros: la crisis económica, el desempleo (que acaba de alcanzar su máximo nivel en 17 años) y la rutina cotidiana de una ciudad eléctrica y cosmopolita consumen cualquier preocupación de largo plazo. Así las cosas, uno se encuentra día a día con un recorte mediático que expresa enormes novedades, mientras se pasea por las calles con la sensación de que nada está por ocurrir.

COSAS QUE PASAN

Claro, la desmentida no tarda en llegar. Alcanza con dar una vuelta por el coqueto barrio de Bloomsbury, cerca del Museo Británico, para encontrarse con el espamento inigualable de unos fuegos artificiales plenamente urbanos. La forma elegida para celebrar la proximidad olímpica fue la pirotecnia, lanzada desde la torre de la British Telecom (también conocida como BT Tower), uno de los edificios más altos del centro de la ciudad.

Por supuesto, fue otro plan mediático para despertar un poco de energía olímpica. Mientras tanto, las reformas en las líneas del subterráneo, los arreglos de calle y las obras que se llevan a cabo para terminar a tiempo la Villa Olímpica se mantienen activas, aunque tienen un efecto más negativo que positivo en el ciudadano medio.

Lo del subte es bastante particular. Hace al menos seis meses hay suspensiones parciales y totales de una o más líneas cada fin de semana. Los domingos, sobre todo, moverse por la ciudad en metro es bastante complicado. La explicación oficial es un trabajo de ingeniería planificado para llegar a 2012 con estaciones renovadas y rendimiento pleno. Llegó a estimarse, incluso, que los trenes subterráneos podrían funcionar durante las 24 horas en la época de los Juegos, algo inédito en la historia londinense.

Los trenes también se sumaron a esta tendencia de remodelación. La idea es explotar la ubicación geográfica de Londres durante el tiempo que duren los Juegos Olímpicos. Por eso se trabajó de manera constante en la reforma de las vías para acortar los tiempos de viaje a las ciudades inglesas más turísticas (Oxford, Cambridge, Bath, Brighton) y por eso también la empresa Eurostar, que se encarga de unir a Londres con París y Bruselas a través de los túneles subfluviales en tiempos increíbles se proclama permanentemente con sponsor de los Juegos.

Sin ir más lejos, este fin de semana, la estación de St. Pancras, desde donde parten los trenes a Francia y Bélgica, instaló unos anillos olímpicos gigantes. Y en cada tren de Eurostar se comenzaron a vender distintivos "oficiales" de los Juegos.

PUEDE FALLAR

La venta de merchandising no es tan común como cabría imaginar. Existen algunos puntos donde se pueden encontrar camisetas y otros productos con el logotipo de la competencia, pero eso sucede más que nada en los suburbios londinenses (en Greenwich, por ejemplo, donde los turistas llegan para ver el meridiano y se encuentran con esa "publicidad encubierta").


La venta de tickets, por su parte, avanza lenta y tranquila. Hay descuentos para mayores de 60 y menores de 16 (en estos casos, el precio de la entrada será una libra por año de edad, con lo cual un niño de 4 años pagará 4 libras por la entrada) y un pase de transporte público que se otorga con cada ticket vendido, para que la gente pueda acceder al estadio con la entrada del evento que decidió ir a ver.

El tema son los obstáculos en contra: además de los ya mencionados problemas económicos de la población general, hubo un par de comunicados desalentadores por parte de la organización. Primero, se supo que los días de competencia más atractivos (la final de los 100 metros, por ejemplo), la mitad de las entradas no se pondrán a la venta por estar reservadas para patrocinantes e invitados. Segundo, se anunciaron los precios de los paquetes de entradas destinados a empresas, con una reacción básicamente negativa de los compradores, que dijeron que los precios eran abusivos, y las posibilidades de compra poco elásticas.

A estos pequeños problemas se les puede sumar otro, técnico y más humorístico. En uno más de los eventos organizados para generar una reacción mediática, se inauguró en Trafalgar Square un reloj (patrocinado por la marca Omega) con la cuenta regresiva para los Juegos.

La cuenta se puso en marcha con toda pompa y lujo, por la noche del lunes, en una ceremonia a la que asistieron el presidente del comité organizador, Sebastian Coe, y el alcalde de Londres, Boris Johnson. El martes al mediodía dejó de funcionar, para vergüenza de organizadores y sponsor.

El reloj, de 6,4 metros de alto y 4 toneladas de peso, quedó detenido en 500 días, 7 horas, 6 minutos y 56 segundos. El arreglo posterior, por supuesto, fue comidilla de diarios y noticieros televisivos.

PUNTUALES COMO LOS INGLESES

Más allá de estas cuestiones, la ilusión es la principal sensación de cara a los Juegos. La gente se ilusiona porque cree que el evento servirá como un disparador para reavivar la economía. También porque hay una buena parte de las obras que se están haciendo en el este de la ciudad que reformarán esa zona para bien.

Se anunció que parque olímpico, por ejemplo, donde se disputará buena parte de las pruebas, será luego transformado en uno de los espacios verdes más grandes de Europa. También se preve transformar la villa olímpica en 2.800 casas para trabajadores de la zona.

También el centro de Londres cuenta con vallas alrededor de algunas de sus plazas principales como Leicester Square y Piccadily Circus, y aunque estas se anuncian como parte de un trabajo de reforma integral, muchos sospechan que son parte del "lavado de cara" que se planea para 2012.

Las obras están en camino según lo previsto. Todo apunta a ser terminado a tiempo. Incluso con margen. Habrá un nuevo estadio, nuevas calles, nuevas estaciones y un nuevo barrio. Mucho de ello mejorará el aspecto de una zona bastante empobrecida que precisaba un cambio.

Sólo falta esperar, aunque no es tanto, para ver cuánto de todo esto servirá para el futuro de una ciudad que espera.

Pablo Cheb Terrab
Espn Deportes

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