Ni un rival con 15 libras de más y una mayoría de público en su contra pudieron detener la leyenda de Manny Pacquiao.
El filipino se convirtió el sábado en el primer boxedor que gana ocho títulos mundiales en diferentes categorías, al vencer al mexicano Antonio Margarito por decisión unánime en el Cowboys Stadium de Arlington, Texas.
Los jueces vieron ganar de manera contundente a Pacquiao con tarjetas de 120-108, 118-110 y 119-109.
El campeón castigó toda la pelea a un boxeador que llegó con 165 libras reportadas al cuadrilatero, comparadas con las 148 del filipino.
El día anterior, en la ceremonia de pesaje, Pacquiao había pesado 144.6 libras contra las 150 de Margarito.
"Fue difícil, en realidad tuve que dar lo mejor durante toda la pelea", dijo Pacquiao. "Es fuerte y valiente. Aguantó todo lo que le tiré".
"Es en realidad difícil pelear contra tipos tan grandes", añadió.
Pacquiao (52-3-2) lastimó temprano a Margarito, quien se mantuvo de pie más con orgullo que con físico.
Desde el cuarto asalto ya tenía un ojo casi cerrado y un pómulo visíblemente lastimado, que incluso provocó varias revisiones de los médicos.
Margarito (38-7) sin embargo, con más corazón que con boxeo, intentó reaccionar en el sexto y en el octavo round, pero la velocidad de Pacquiao fue inalcanzable para él la mayor parte de la pelea.
Pacquiao lució todo su repertorio, desde combinaciones hasta golpes aislados que alcanzaron a entrar por todos los rincones de la cara de un mexicano, que tiene más alcance, peso y sobre todo, estatura que el filipino.
"Sabíamos que era bastante rápido, pero la verdad todo estaba bien hasta que me cortó y ya no veía bien", dijo el mexicano.
Margarito nunca se rindió ni entregó a Pacquiao; fue al frente y trató de lanzar lo mejor que tenía, pero conforme avanzaba la pelea, se veía más cansado y nunca lastimó de manera evidente a Pacquiao.
"No, para nada", respondió Margarito cuando fue cuestionado sobre la posibilidad de parar la pelea antes del final. "Yo como todo mexicano siempre doy todo mi corazón arriba del ring. No iba a parar la pelea", dijo.
Los 41,734 aficionados, en su mayoría mexicanos que asistieron este sábado al Cowboys Stadium, terminaron rindiendo un tributo a Pacquiao, quien ya no encuentra rivales de su tamaño.
Ahora será cuestión otra vez de ver si Floyd Mayweather Jr. está dispuesto a subirse con Pacquiao al cuadrilatero o de lo contrario, el ocho veces campeón del mundo incluso ya medita el retiro, porque no encuentra rivales que en realidad lo pongan en peligro.
Pacquiao así llevó su leyenda al cetro mediano Jr., luego de que su primer campeonato mundial fue en peso mosca, con 117 libras.
El filipino además acumuló su décimotercera pelea sin perder, desde que cayó en marzo del 2005 contra Érik "Terrible" Morales.
Margarito ahora tendrá que esperar por otro oportunidad de reivindicación y ver si Top Rank le de otra pelea en escenario estelar, como anticipó el presidente de la compañía, Bob Arum.
El filipino se convirtió el sábado en el primer boxedor que gana ocho títulos mundiales en diferentes categorías, al vencer al mexicano Antonio Margarito por decisión unánime en el Cowboys Stadium de Arlington, Texas.
Los jueces vieron ganar de manera contundente a Pacquiao con tarjetas de 120-108, 118-110 y 119-109.
El campeón castigó toda la pelea a un boxeador que llegó con 165 libras reportadas al cuadrilatero, comparadas con las 148 del filipino.
El día anterior, en la ceremonia de pesaje, Pacquiao había pesado 144.6 libras contra las 150 de Margarito.
"Fue difícil, en realidad tuve que dar lo mejor durante toda la pelea", dijo Pacquiao. "Es fuerte y valiente. Aguantó todo lo que le tiré".
"Es en realidad difícil pelear contra tipos tan grandes", añadió.
Pacquiao (52-3-2) lastimó temprano a Margarito, quien se mantuvo de pie más con orgullo que con físico.
Desde el cuarto asalto ya tenía un ojo casi cerrado y un pómulo visíblemente lastimado, que incluso provocó varias revisiones de los médicos.
Margarito (38-7) sin embargo, con más corazón que con boxeo, intentó reaccionar en el sexto y en el octavo round, pero la velocidad de Pacquiao fue inalcanzable para él la mayor parte de la pelea.
Pacquiao lució todo su repertorio, desde combinaciones hasta golpes aislados que alcanzaron a entrar por todos los rincones de la cara de un mexicano, que tiene más alcance, peso y sobre todo, estatura que el filipino.
"Sabíamos que era bastante rápido, pero la verdad todo estaba bien hasta que me cortó y ya no veía bien", dijo el mexicano.
Margarito nunca se rindió ni entregó a Pacquiao; fue al frente y trató de lanzar lo mejor que tenía, pero conforme avanzaba la pelea, se veía más cansado y nunca lastimó de manera evidente a Pacquiao.
"No, para nada", respondió Margarito cuando fue cuestionado sobre la posibilidad de parar la pelea antes del final. "Yo como todo mexicano siempre doy todo mi corazón arriba del ring. No iba a parar la pelea", dijo.
Los 41,734 aficionados, en su mayoría mexicanos que asistieron este sábado al Cowboys Stadium, terminaron rindiendo un tributo a Pacquiao, quien ya no encuentra rivales de su tamaño.
Ahora será cuestión otra vez de ver si Floyd Mayweather Jr. está dispuesto a subirse con Pacquiao al cuadrilatero o de lo contrario, el ocho veces campeón del mundo incluso ya medita el retiro, porque no encuentra rivales que en realidad lo pongan en peligro.
Pacquiao así llevó su leyenda al cetro mediano Jr., luego de que su primer campeonato mundial fue en peso mosca, con 117 libras.
El filipino además acumuló su décimotercera pelea sin perder, desde que cayó en marzo del 2005 contra Érik "Terrible" Morales.
Margarito ahora tendrá que esperar por otro oportunidad de reivindicación y ver si Top Rank le de otra pelea en escenario estelar, como anticipó el presidente de la compañía, Bob Arum.
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