Pedrosa, que luchaba por la segunda plaza, cayó hasta la quinta cuando empezó a llover.
Bautista se fue al suelo en la primera curva y se llevó por delante a Rossi, Hayden y De Puniet.
Parecía otro baño de Casey Stoner. No hubo tal baño. Sólo gotas de agua, cuando la carrera se extinguía. Y sumó la décima victoria de una temporada rotunda en la que el australiano alcanzó su segundo campeonato con un bagaje descomunal: podio en todas y cada una de las carreras que ha terminado.
Casey se abalanzó sobre Ben Spies en la misma recta de meta, cuando parecía que el texano, que sorprendió por su solvencia con gomas lisas sobre mojado, iba a anotarse su segundo triunfo del año y después de comerle a Stoner una ventaja de 10 segundos.
El paseo de Stoner se interrumpió con la lluvia. Y la renta descomunal, desproporcional y vergonzante con sus adversarios se esfumó en apenas dos vueltas y media. A su caza, al olor de la sangre, acudieron raudos Spies y Dovizioso, que se fajaban por la segunda plaza. Dani Pedrosa, desorientado con el agua, se había ido descolgando de forma alarmante. Pero sólo Spies puso su cabeza en modo depredador. A todo o nada. Y le salió que ni dibujado.
Pero en los últimos metros, cuando las cámaras enfocaban la bandera de cuadros, el estadounidense, que llevaba medio segundo sobre el campeón, se dejó ganar in extremis, en un final angustioso por imprevisible y surrealista. Quince milésimas le robaron la gloria a Spies, También perdió la gloria moral Pedrosa, ya que Dovizioso, con quien se peleaba por el tercer puesto en la general del campeonato, subió al podio y se quedó con esa plaza, en el día de su despedida de Honda.
La carrera se abrió extraña y se cerró aún más extraña. De inicio, un strike de Bautista acabó con Rossi, Hayden y De Puniet por los suelos. En la repetición se observó un contacto con la rueda trasera de la Honda de Dovizioso que provocó que la Suzuki perdiera la delantera, rompiendo el pelotón como una partida de bolos. ''Me he tocado con la rueda de Dovi'', explicó Álvaro en TV. No hubo damnificados, pero sí un 'ohhh' extraordinario en todo el circuito. Doce pilotos quedaron en pista. Pero Stoner ya se había largado dos segundos en poco más de una vuelta.
Los focos se obsesionaron entonces con el duelo entre Dovizioso y Pedrosa, que se fueron pasando y repasando en esa lucha por el podio final en el Mundial. ''Una pena que esté Stoner, si no, sería una carrera preciosa'', se escuchó. El australiano estaba apabullando, casi ridiculizando a todos. Hasta que comenzó a rociar. Y comenzó, con las motos de reserva preparadas para un 'flag to flag', una nueva carrera a cuatro vueltas. Una carrera que dio de beber ilusión a Spies. Un par de giros. Porque Stoner lo dejó seco en la foto finish, cuando ya nadie lo esperaba. Quizás por eso es tan bueno.
Esa última vuelta sirvió, al tiempo, de homenaje a Loris Capirossi. Fin a 22 años de motociclismo al más alto nivel. Su hijo Riccardo lucía en el box una camiseta en su honor. Y le pedía que regresara a casa. Lo hará, dejando un montón de recuerdos en la afición.
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